17/4/16

#EduExpandida. Unidad 1. Un texto de aproximación a la Educación Expandida.

Me ha resultado tremendamente evocador el video-poema Fuera de Lugar que nos han propuesto. Y me ha hecho pensar en los objetivos zoom que utilizamos en las cámaras fotográficas (son objetivos o dispositivos fotográficos de distancia focal variable, es decir, aquellos en los que se puede variar a voluntad la distancia focal y, en consecuencia, el ángulo de visión, manteniendo el plano-imagen en el mismo sitio).
Poner distancia para mirar para mí es fundamental para pensar, para tomar decisiones, para observar... Aplicar el zoom en educación nos puede dar perspectiva y ayudarnos a trabajar a saber ver, a saber mirar, a descentrarnos, a salir de nuestras zonas de confort... No sé si tiene que ver con la educación expandida, pero a mi es algo que me acerca a alejarme para mirar, para encontrar más perspectivas que me pueden enseñar nuevos caminos con una mente más abierta.

Por eso, el texto que propongo no es un poema y se basa en una fotografía histórica, la famosa fotografía del Voyager 1 tomada a una distancia de 6.000 millones de kilómetros, donde aparece nuestro planeta como una mera mota azulada. ¿Es suficiente zoom y perspectiva?. Una gran lección de aprender a mirar. El texto y la narración es de Carl Sagan:


Un pálido punto azul - Carl Sagan from Cristián on Vimeo.

TEXTO: UN PÁLIDO PUNTO AZUL.
Carl Sagan
Consideremos nuevamente ese punto. Esto que está aquí es nuestro hogar, eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todos los que conoces, todos de quienes has oído hablar y todos los seres humanos, quienes fuera, que han vivido sus vidas. El conjunto de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor civilizaciones, cada rey y plebeyo, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre, niños con esperanza, inventores y exploradores, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador de la historia de nuestra especie ha vivido allí : una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. 
La Tierra no es más que un pequeñísimo grano que forma parte de una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por cientos de generales y emperadores, para conseguir la gloria y ser los amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las crueldades visitas sin fin que los habitantes de una esquina de este pixel hiciera contra los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; la frecuencia de sus malentendidos, la impaciencia por matarse unos a otros, la generación de fervientes odios. Nuestras posturas, nuestra presunción imaginada, la falsa ilusión de tenemos de tener un lugar privilegiado en el Universo, son desafiadas por este pálido punto de luz. 
Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En toda esta extensa nuestra oscuridad no hay ninguna pista que la ayuda vendrá de otra parte para salvarnos de nosotros mismos. 
La Tierra es el único mundo conocido hasta el momento capaz de albergar vida. No existe otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pueda migrar. ¿Visitar?, sí. ¿Establecerse?, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es el lugar donde estamos. 
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia constructora de carácter y humildad. Quizá no exista mayor demostración de la locura de la presunción humana que esta imagen distante de nuestro diminuto mundo. Para mí, recalca nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, para preservar y cuidar ese puntito azul pálido, el único hogar que hemos conocido.